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Charlando en el hoyo 19
DRIVER. La menor participación y la deserción de los niños y jóvenes en los deportes es un asunto que preocupa. Muchos factores se conjugan para que un niño o una joven no jueguen deportes o decidan dejar de practicarlos. Es razonable que los padres quieran que sus hijos destaquen como deportistas, en nuestro caso como golfistas, pero irónicamente, los padres (y en ocasiones los tíos y abuelos) son los causantes de que los niños y niñas abandonen el golf. Son los típicos padres controladores, pero ahora les llaman padres intensos. Veamos las conductas que tienen y cómo influyen para que sus hijos terminen odiando el deporte que se supone debería apasionarles:
• Los padres no realizados. Los padres intensos buscan en sus hijos la realización personal que no tuvieron como deportistas, incluso confiesan que esperan que sus hijos alcancen lo que ellos no pudieron conseguir. Pero, ¿y si sus hijos no quieren triunfar jugando golf?, ¿Y sin sus objetivos son otros? Cuando el niño juega golf porque los padres quieren que sea golfista, y no porque él lo ha decidido, lo dejará cuando crezca y tome sus propias decisiones, lo cual probablemente ocurrirá antes de los 15 años.
• Hablan como si ellos fueran los jugadores. Los padres intensos se caracterizan porque hablan como si ellos fueran el jugador. Es típico que digan “hoy jugamos muy bien”. Con sus expresiones quieren mostrar que es gracias a ellos que su hijo tuvo tal o cual logro. Es correcto que el jugador, padres, profesores y directivos sean un equipo, pero el jugador es el jugador, y los padres no lo son. Su rol es diferente.
• Toman el rol de profesores. Los padres intensos se las ingenian para estar en las clases particulares y en las clínicas de sus hijos. Y llegan a tomar el rol de profesores, cuando no tienen los conocimientos, la experiencia y el nivel de juego para hacerlo. Incluso dan a consejos técnicos a otros jugadores de la academia. Tuvimos el caso de un padre, que le llamamos “el asistente”, porque parecía que era parte del staff de la academia.
• Los managers de beisbol. Cuando los padres intensos son galería se convierten en managers de beisbol. Los padres y sus hijos saben que es contra las Reglas el consejo, pero al padre no le importa violarlas dando un mal ejemplo a su hijo. Desde la galería los padres mandan señales a su hijo de tal forma que parecen managers. Con sus señas le indican cual bastón usar, a qué lado apuntar, hacia donde es la caída, etc.
• El lenguaje corporal. Una pista para identificar a los padres intensos es ver a su hija o hijo después de un golpe. Cuando ellos voltean a ver la reacción de sus padres sabemos que con su lenguaje corporal ejercen presión sobre su hija o hijo. Un gesto de un padre desde la galería es tan fuerte como un golpe con un cinturón en la espalda.
• La violencia física. Hay padres intensos que llegan al extremo de la violencia física con jaloneos, pellizcos, cachetadas, golpes con el cinturón, etc. Y lo hacen en forma privada y pública. Estos casos pasan a lo clínico, por lo que es necesaria la ayuda de profesionales en el tema.
• Todo se vale con tal de ganar. Los padres intensos hacen trampas con tal de que su hijo gane. Así tenemos padres que persuaden a sus hijos a que se quiten golpes o rompan las Reglas. También es muy común que avisen al juez de Reglas de supuestas faltas a las Reglas de otros jugadores.
• El chantaje emocional. Los padres intensos con tal de lograr sus propósitos chantajean a sus hijos. Les ofrecen dinero, Iphones, viajes, bastones, ropa, calzado, etc. con tal de que obtengan un buen resultado. Los padres piensan que los están motivando, pero la motivación para que sea constante debe venir del interior. ¿Qué pasará con ese jugador cuando no haya estímulo que lo satisfaga?
• Son peleoneros. Los padres intensos con tal de beneficiar y defender a sus hijos se pelean con otros padres, discuten con el juez de Reglas, cuestionan a los directivos, contienden con los profesores e incluso pelean con sus hijos. Los espectáculos que dan estos padres son verdaderamente lamentables.
• Quieren ser directivos. Los padres intensos son los primeros en la lista para servir como directivos de los comités a nivel club, asociación o federación. Uno vez que lo logran es difícil que dejen el puesto. Su objetivo principal es beneficiar a sus hijos, no tanto beneficiar al grupo. Lo más común es que quieren que los profesores les den un trato especial a sus hijos. Desde esas posiciones los padres logran que la organización beneficie a sus hijos con inscripciones, viáticos, profesores, entrenamientos, premios, reconocimientos, entrevistas con medios, etc. Los problemas fuertes se dan cuando padres intensos se enfrentan con otros padres intensos por lograr estos beneficios para sus hijos.
• Son protagonistas. Los padres intensos quieren todos los reflectores para sus hijos y por supuesto para ellos. Así que harán todo lo posible para que sus hijos salgan en revistas, en la prensa, en los medios de comunicación del Club, etc. Pero cuidado si su hijo no es elegido porque enfrentarán a quien haya tomado esa decisión.
• Mi hijo es el mejor. Los padres intensos no toleran que su hijo “esté en la banca”. Lo quieren siempre jugando y de delantero. Veamos algunos ejemplos del medio del golf:
– Los grupos de la academia. Los padres quieren que sus hijos estén en un grupo de sólo buenos jugadores. Si en el grupo hay un jugador que en su opinión no tiene el nivel de su hijo, pide que saquen a ese jugador. No entienden que en ocasiones su hijo será de los buenos jugadores, pero en otros grupos tal vez sea de los malos. Es bueno que los padres intensos recuerden que sus hijos en algún momento fueron principiantes, así que un poco de empatía es buena.
– Los grupos de la Gira. Los padres intensos no toleran que a su hija le toque en un grupo donde haya una jugadora de lo que ellos consideran un nivel más bajo. Ellos harán lo posible para que a su hija le toque en el grupo de honor.
– Equipos representativos. Si hay un torneo de equipos, los padres usarán su influencia para que su hijo esté en el equipo, aun cuando haya otros jugadores que tengan mayores méritos para estar ahí. A ellos no les importa el equipo, lo que les interesa es que su hijo participe.
• Profesores especiales para sus hijos. Los padres intensos quieren un profesor exclusivo para sus hijos. Ellos piensan que de esa manera su hijo progresará más y más rápido. Es probable que eso ocurra, pero ese formato tiene varias desventajas que hay que valorar:
– La relación profesor – alumno se desgasta muy pronto. Son contados con una mano los casos en que esa relación ha sido duradera.
– El tema social. El golf por naturaleza es social y las clases particulares privan a los niños y niñas de la oportunidad de socializar. Conocí a una niña que tomaba clases particulares, un día estaba cerca de un grupo de niñas de la academia a quienes yo enseñaba, observé que la niña miraba como nos estábamos divirtiendo. La mamá se dio cuenta de ello y le prohibió que las mirara.
– También conocí a un niño que estaba en su clase particular, él vio que un grupo de niños de la academia se estaba divirtiendo y le pidió a su profesor si podía estar un rato con nosotros. El profesor me pidió que lo recibiéramos y lo hicimos.
– Los viernes son el día social para todas las edades, ese día la mayoría de los niños esperan estar o salir con sus amigos, pero no lo hacen porque tienen que ir a su clase de golf. Es triste como los padres privan a sus hijos de la convivencia con otros niños y niñas en el afán de que sean los mejores jugadores.
– El entrenamiento se vuelve monótono y tedioso. Como los padres intensos quieren que su hijo esté tirando bolas como si fuera una máquina, así que el profesor privado hace lo que le pide su jefe. Si el profesor tiene vocación es probable que le ponga juegos, retos y competencias al niño, pero con el tiempo dejará de hacerlo. La clase llega a ser una actividad aburrida en la que el profesor y el alumno sólo están esperando que termine.
– El tiempo de la clase. Los niños que tienen un profesor exclusivo suelen tener dos horas de clase al día, de 4 a 6 días a la semana. Los padres intensos piensan que si le echan más agua al árbol crecerá más rápido. No entienden que el aprendizaje del golf es un proceso a largo plazo.
• Los padres intensos quieren que sus hijos entrenen como si fueran jugadores profesionales, porque no entienden las diferencias entre el deporte infantil y el deporte profesional. He preguntado a jugadores adultos si alguna vez han entrenado dos horas, su respuesta ha sido que no, incluso en otros deportes. Cuando un niño entrena más tiempo que el adecuado para su edad tendrá un desgaste físico y mental que tarde o temprano hará que deje los bastones.
– La clase como una carga. Es muy fácil darse cuenta cuando la clase se convirtió en una carga para el profesor y para el jugador, cuando:
El jugador: camina con la cara hacia abajo cuando va por sus bastones, hace todo lo posible por no tirar bolas, no pone atención a las instrucciones del profesor, ignora al profesor, se sienta, mira hacia todos lados, intenta ver su celular, hace el swing con flojera, pregunta la hora con frecuencia, pone pretextos para salir de la clase, etc.
El profesor: se la pasa en el celular, ya no hace juegos y competencias como al principio, no le pone drills, habla muy fuerte al niño, intenta poner castigos, no se baja del carrito cuando salen al campo, ya se rindió respecto a mejorar la técnica del niño, etc.
• Profesores externos para sus hijos. Los padres intensos consideran que los profesores de su club no están capacitados para enseñar a su hijo, por eso buscan a profesores externos para que les enseñen, y que mejor si el profesor es extranjero porque seguro es mejor que los mexicanos. Si todos los padres de un club fueran intensos no habría manera de atender a sus hijos porque de donde sacamos 30 o más profesores para que cada niño tenga el propio.
En mi experiencia nunca he visto un niño que sea tan avanzado que no pueda ser enseñado por los profesores locales. De hecho, el problema es al revés, lo que necesitamos es alumnos bien educados que estén dispuestos a aprender.
Los padres intensos llevan a sus hijos a campamentos de golf en el extranjero, porque eso da estatus, lo hacen los demás padres intensos y porque allá los van a hacer campeones. Con los dedos de la mano puedo contar los casos que he visto que un niño haya mejorado notablemente por ir a uno de estos campamentos.
• Primero el golf, luego la familia. Para los padres intensos primero está el golf, así que no importa que los otros miembros de la familia se sacrifiquen por el hijo golfista. Eso incluye dedicar menos tiempo al resto de los hijos, no ir de vacaciones o regresar antes de tiempo porque el hijo golfista tiene entrenamiento o torneo.
• Todo es golf. Los padres intensos no aceptan que sus hijos participen en otros deportes o actividades culturales, lo ven como una pérdida de tiempo. Conocí una niña que durante su niñez solo estuvo en golf, no estuvo en natación, tenis, danza, gimnasia, ballet, piano, pintura, etc. En el mundo se juegan cerca de 200 deportes, es muy probable que los niños quieran jugar otros deportes.
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Creo que tiene muchas ventajas el que los niños prueben diferentes deportes y actividades. Tendrán más alternativas para escoger, decidirán que quieren hacer en su tiempo de entretenimiento y escogerán el deporte o actividad que a ellos les apasione. Los padres intensos no quieren que sus hijos prueben otras actividades porque ellos ya decidieron que sean golfistas y no quieren correr el riesgo de que ellos encuentren una pasión diferente. Creo que para los padres es mejor tener una hija que sea gimnasta por decisión de ella, que una hija que sea golfista por decisión de ellos.
Es contradictorio que los padres intensos limiten a sus hijos de otras actividades, porque por un lado quieren que su hijo tenga mucha distancia y precisión en el golf, pero por el otro limitan el desarrollo de sus habilidades motrices.
Hay padres que consideran que si su hijo juega beisbol, tenis, pádel, etc. puede afectar su swing y su juego, lo cual es un mito sin fundamento. En mi opinión un niño que juega varios deportes mejora sus capacidades para el golf. Para los niños y niñas es mejor ser multi sport, incluso cuando lleguen a la edad cuando es recomendable que se especialicen en un deporte, es muy bueno que practiquen otro deporte como actividad complementaria que los relaje.
• El calendario de torneos. Los padres intensos organizan el calendario de torneos de sus hijos, sin tomarlos en cuenta. No les importa si sus hijos quieren hacer otra actividad o tienen otros compromisos. El calendario debe incluir algunos torneos en el extranjero porque así sus amigos pensarán que su hijo es muy bueno. No importa el impacto emocional que reciba su hijo al tirar 100 golpes y quedar a 30 de los primeros lugares.
En mi opinión participar en un torneo es una experiencia formativa, de aprendizaje y divertida. Pero debido a la presión de los padres, profesores y directivos para que los niños se enfoquen en ganar, esta experiencia pierde su sentido y llega a ser una pesada carga para los niños. Por si fuera poco, los padres con sus conductas la convierten en una pesadilla. Las conductas de los padres se reflejan en las conductas de sus hijos. Nosotros las podemos notar en las siguientes conductas de los niños: berrinches, llantos, discusiones, corajes, frustraciones, lanzar bastones, etc. Hagamos la siguiente reflexión ¿a quién le gusta ir a un lugar dónde va a pasarla mal, siendo regañado por sus padres?
Los padres llevan a sus hijos a los torneos para que se “fogueen”, lo cual es correcto, pero acaso se han preguntado si a su hijo le gusta competir en torneos. ¿Acaso no se puede jugar golf sin participar en torneos? ¿no se puede jugar golf como se juega una cascarita de futbol o basquetbol?
Hay algo que pensaríamos que hacen los padres intensos: jugar frecuentemente con sus hijos, pero la realidad es que en eso están fallando. Muy, muy, muy pocos padres juegan una ronda de golf con sus hijos.
• Los padres scorekeepers. Los padres intensos llevan el score de los jugadores del grupo, no vaya a ser que su hijo pierda porque alguno de los jugadores se quite golpes. En mi opinión ese trabajo no es necesario porque los niños saben contar muy bien y además el score que llevan los padres no tiene validez oficial.
Este tema ha escalado a un punto en que los padres crean grupos de WhatsApp donde registran los scores de los diferentes grupos de la categoría. Esta información la usan los padres, según ellos, para ayudar a sus hijos, ya que les van diciendo como van los demás jugadores. La realidad es que esta información mete más presión a los jugadores. Es conocido que el golf se juega en el presente, enfocado en la ejecución y en lo que puedes controlar. El jugador debe evitar pensar en el resultado futuro y en los golpes pasados. Así que conocer el score de los demás jugadores, no creo que ayude, y tal vez produzca el efecto contrario.
• Conductas de jugadores profesionales. Los padres intensos quieren que sus hijos imiten las conductas de los jugadores profesionales, pero hay edades para ello. Las siguientes conductas son apropiadas para jóvenes de 15 a 18 años, incluso para algunos menores con cierta madurez, pero no son apropiadas para niños menores de 12 años:
– Hacer el yardage book. Hay profesores y padres ilusos que preparan el yardage book para los niños. La experiencia me ha enseñado que la mayoría de los niños menores no necesitan este recurso. Los niños lo guardan y no lo ven en toda la ronda. Es normal que así sea.
– Las estadísticas. Los padres intensos quieren que los niños lleven las estadísticas de su juego, para que sepan en que puntos mejorar. Eso suena bien, pero la mente de los niños afortunadamente no funciona así, ellos son imaginativos y creativos, y su juego es natural. Su mente no es cuadrada.
– Entrenar después de una ronda. Para la mayoría de los niños los mejores momentos de la gira son el tiempo que pasan con sus amigos después de la ronda. Pero los padres intensos quieren que practiquen el putt de una yarda que fallaron en el hoyo 18. Yo pregunto a esos padres intensos ¿han estado alguna vez ante un putt de una yarda? ¿saben la presión que se experimenta?
Sabemos que hay casos en que padres intensos han logrado que sus hijos destaquen en el golf, esto no significa que las conductas de ellos sean correctas, lo que pasa es que hay niños y niñas que tienen pasión por el golf y un talento extraordinario. No todos los niños son iguales y hay que saber distinguir entre los que disfrutan el golf y quienes lo hacen por obediencia a los padres.
La intención de este artículo es ayudar a los padres a comprender mejor su rol y optimizar su funcionamiento como padres de deportistas. La mayoría de los padres tienen buenos propósitos, pero la shankean por falta de información, y porque son influidos por las conductas que ven en el medio. No se trata de que los padres no participen, es importante que se involucren y colaboren, asumiendo sus funciones para que el deporte beneficie a sus hijos, en lugar de perjudicarlos.
Tal vez algunos señalamientos son muy claros y directos, pero vale la pena hacerlo así por el bien de tus hijos. Además, porque los profesores de tu club no serán capaces de decirte estas verdades por temor.
Si los padres, profesores y directivos sumamos juntos, contribuiremos a retener a los centenares de niños, niñas y jóvenes que perdemos por no hacer un buen trabajo en equipo. FORE.
Mateo Melgar Ochoa – Profesional de golf
mateomelgar1969@hotmail.com